Abril y el Dia del Niño
Abril y el Día del Niño
En México al pensar en el mes de abril, lo relacionamos con el Día del Niño (30 de abril). Es de esas fechas como el Día de las Madres, del Padre, San Valentín que las utilizamos para desbordarnos de amor, según corresponda el problema esta en que ese cariño no alcanza para que dure todo el año, pasada la fecha todo vuelve a la normalidad. Son fechas que fueron creadas mas para consumir que para reflexionar, analizar y cambiar para mejorar una convivencia.
Prácticamente todo adulto esta de acuerdo que la niñez es la mejor época de nuestras vidas. Es donde le damos valor al momento, complejos, trastornos, fobias, traumas, etc. Todavía no se forman. ¡y si la vida es mas simple!
Es un buen momento para hablar del abandono en que tenemos a nuestros niños. Es un hecho que la sociedad ha cambiado al igual que la importancia que le damos a ciertos valores, necesidades y obligaciones creadas.
La lucha económica y profesional nos ha sacado a la calle tanto a hombres como mujeres. Los roles de antaño han cambiado, así como nuestras prioridades. Estamos conscientes que el núcleo de la sociedad es la familia, si constantemente hablamos de la falta de valores, de la descomposición social ¿hacia donde tendremos que voltear? Así es hacia la familia.
Un foco rojo de que algo anda mal es nuestro gran primer lugar en obesidad infantil. Definitivamente habla de un descuido en la alimentación y actividad física en el que tenemos a nuestros niños. Pegados a algún dispositivo con una rica hamburguesa y un buen refresco los tenemos bien entretenidos y ¡ni lata dan!
Nos sorprendemos de los actos delictivos de nuestros niños y jóvenes, pero en ¿donde estamos? Como padres, como sociedad. Los dejamos crecer solos sin una guía, dirección o acompañamiento. Nos quejamos de una sociedad sin valores pero como adultos no estamos para inculcar con el ejemplo o con señalamientos. Y adoptamos y aplicamos: Mas vale calidad que cantidad. Formas para justificarnos siempre vamos a encontrar.
Es una realidad que las exigencias de la vida nos rebasan, en el afán por mejorar o subsistir económicamente, limitamos el tiempo y la calidad que les dedicamos. Es indispensable encontrar el equilibrio en los nuevos roles que cultural y socialmente hoy tenemos.
Muchos niños y jóvenes llegan reclutados a las organizaciones delictivas, se acercan porque ahí les dan la atención, pertenencia cariño y dirección que no encuentran en sus casas. Hay obligaciones que no son posibles delegar.
La recomposición del tejido social implica responsabilidades de cada adulto consciente de la situación actual.
Debemos de reaprender, reeducarnos para retomar el camino y así poderlos educar. Y ellos deben de vivir el momento, ser felices para que cuando lleguen a la vida adulta puedan voltear atrás y recordar esa etapa como una de las mas o la mas feliz de su vida.
Nuestras acciones deben estar en caminadas hacia esa dirección. En ese sentido debemos trabajar. Comprometernos y responsabilizarnos en la construcción de un mejor entorno, que nos beneficia a todos.



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