¿Por qué Juzgamos a Nuestros Padres?




Este es un tema delicado porque no solo toca nuestra zona oscura sino también habla de dolor por lo cual lo expresamos generalmente en confianza ya que es dar a conocer parte de nuestra intimidad.

Ahora que tengo una hija tengo la plena seguridad que he sido juzgada en muchas ocasiones, pertenezco a esa generación de madres que fuimos bombardeadas con información de cómo educar, alimentar, jugar, etc. Y que había momentos que no tenía idea si lo hacía bien o mal hasta que llego un punto donde comprendí que era imposible ser by the book y que con la información y mi instinto me conduciría lo mejor posible.

Como nunca voy a dejar de ser hija, aun teniendo la mía, sigo juzgando comportamientos de mis padres.

Para tratar de entender a mis padres creo que la mejor manera es analizar mi conducta y mi proceder como madre.

En general los primeros dos años de nuestras vidas se caracterizan por cuidados, mimos, lenguaje cariñoso y amable, nos hacen creer que la vida de los demás gira alrededor de la nuestra.

Como padres estamos conscientes de la forma en que fuimos educados y tenemos la firme determinación a no repetir patrones y cambiar todas aquellas formas que nos disgustaron o que en algún momento nos causaron dolor.

En nuestras criaturas no solo hemos depositado todo nuestro amor sino grandes expectativas realizando y determinando planes.

Como dice el dicho “uno propone y Dios dispone”. Como va a avanzando la vida esta va determinando el tiempo y el modo de realizarse todo aquello planeado, y como consecuencia nos llega la frustración al perder el control.

Y sin darnos cuenta acabamos repitiendo patrones.

Inevitablemente crecen esos bebes en los que solo pensábamos en cargarlos, apapacharlos y ver la manera de sacarles una sonrisa y esforzarnos a que lloraran lo menos posible.

En nuestro afán por conducirlos y educarlos por el mejor camino porque además tenemos la firme creencia que ese es el correcto. Y como van creciendo aquellas criaturas vamos cambiando siendo más directos y en ciertos momentos duros, siempre con el pensamiento que es para bien y que nuestro actuar es desde el amor. Cuestión que muchas veces no es comprensible para nuestros hijos.

Las circunstancias de vida y la educación recibida, claro que influye para el comportamiento de los padres. Siempre queremos para ellos una mejor vida que la que tenemos ¡obvio!

Ahora pensemos en estas criaturas que como van creciendo va disminuyendo ese 100% de atención, mimos, expresiones desbordadas de cariños, no es que no lo tengan pero ahora también tienen llamadas de atención, regaños, castigos y obligaciones de la escuela y de la casa, sus vidas se van modificando o transformando y a cada cosa que no les disgusta a parece un ¡es injusto!

Ese amor incondicional que nos tienen los padres nos hace creer que solo cabe en ellos sentimientos relacionados con el cariño, pero como cualquier ser humano cuando hay enojo se utilizan palabras hirientes y entre mas frustración haya más dolorosas y violentas pueden ser.

Generalmente cuando somos padres es cuando comprendemos algunas de las situaciones, dejo claro no todas.

Juzgamos porque a lo largo de la vida nos vamos haciendo una idea de cómo deben de ser las cosas y por supuesto siempre en nuestro beneficio y el dolor viene porque no podemos creer o pensar si quiera en recibir maltrato de las personas que más nos quieren ¡que podemos esperar de los demás!

La realidad es que solo pensamos y sentimos en nuestro dolor nos cerramos a cualquier razonamiento, tendríamos que detenernos a pensar cómo fue que se llego a ese momento o que motivo tal desenlace.

Juzgar y revelarnos ante nuestros padres es parte de los cambios generados por la sociedad, ya que hoy no se aceptaban las acciones o dichos por el simple hecho de que ellos lo digan. Siempre existe un ¿Por qué? De por medio.

Debido al aumento de la violencia en la sociedad se ha tenido que incrementar y cambiar reglas de convivencia, que ya existían pero de manera implícita como los Derechos de los Niños, no por el hecho de ser los padres tienen la razón en todo y menos la autoridad o el permiso de rebasar líneas dentro de un comportamiento hasta cierto punto permisible.

En el momento actual que se vive, a través de diferentes doctrinas nos enseñan no solo a razonar sobre diversas acciones del ser humano sino además a comprender, el juzgar es la salida más fácil porque hacemos valoraciones de los hechos y tomamos decisiones y estas pueden ser erróneas si son desde el enojo.





Comentarios

Entradas populares