La Victimización




En psicología lo definen como la posición tóxica que adopta una persona que se siente víctima de situaciones exageradas y que generalmente no la victimizan, siendo el centro de los ataques que en muchas ocasiones no existen.

La victimización se convierte en una forma negativa de llamar la atención, a través  de la autocompasión y la autolastima, sintiéndose solo contra el mundo.

En esta ocasión me refiero al comportamiento negativo del ser humano dentro de la victimización, porque existen víctimas reales como son las que sufren algún delito y su sufrimiento es real, y el proceso de curación llega a ser largo, doloroso y complejo.

Principalmente me refiero a esas personas que tienen a la victimización como una forma de vida, bien trabajada y como consecuencias obtienen beneficios.

En nuestro entorno social todos conocemos por lo menos a una persona víctima, las cuales no solo tienen un comportamiento negativo sino dañino para los que las rodean, porque siempre sacan ventajas a través de su “sufrimiento”. Las cuales las podemos calificar o nominar como victimas profesionales porque tienen perfectamente estudiado y practicado sus tácticas. A través de estas ejercer su poder de manipulación y como consecuencia obtienen los beneficios deseados.

Y al final acabamos siendo sus víctimas porque tienen tan bien trabajado su discurso, porque a través de provocar lastima nos llegan, y como en muchas situaciones de la vida, solo cuando estamos afuera de ese círculo vicioso es cuando nos damos cuenta de la forma en la que nos manejaban y sacaban provecho.

Este tipo de personas no les preocupa que se tenga un concepto erróneo sobre su personalidad, normalmente las calificamos de baja autoestima, emocionalmente débiles, poca voluntad, miedosos y normalmente concluimos con un pobrecita(o).

Algo que tienen desarrollado al 100%, es el hacerse el más sentido, porque una víctima sin una elevada sensibilidad no es víctima. Y de esa manera caemos o cedemos. Con la afirmación de nuestra parte –No se vaya a sentir.

Sin embargo todos o casi todos en algún momento de nuestra vida hemos utilizado esta herramienta y en ocasiones el beneficio que obtenemos no es del lado material sino emocional provocando atención y tiempo de los que nos rodean.
¿Cuantos ejemplos podríamos poner?
Entre los más conocidos es el de la amiga coche, y verdaderamente se siente uno utilizado.

O algo así:




¿Quien tiene otro ejemplo? 

Este tipo de personas nos causan diferentes emociones como enojo, frustración, desagrado, antipatía y en ciertos momentos impotencia, sobre todo cuando hablamos de mujeres, porque hoy en día estamos en una lucha constante, en la equidad de género donde buscamos principalmente ser independientes y autosuficientes, demostrando día a día que somos capaces de realizar diferentes roles dentro de la sociedad, sin un afán de competencia o lucha de poderes.

Todos tenemos claro que no queremos estar solos contra el mundo, como comunidad si queremos salir adelante todos necesitamos de todos ayudándonos y apoyándonos. Pero sin caer en los abusos y las victimas dañinas abusan, apelando a las buenas intenciones y acciones de los que los rodean.

La cuestión es que normalmente cuando se cae en cuenta de la situación y toma uno conciencia, se le pone remedio alejándose y la amistad o el cariño se terminan, o sea tenemos un contacto menos.

Para nosotros ahí termina tristemente pero para ellos no, buscaran una víctima más. Desafortunadamente encontrarán a otros para atrapar en sus redes y exprimirlos hasta que se harten y se den la media vuelta, por lo tanto es gente que no conserva sus amistades porque al final siempre les huyen.

En este tipo de situaciones hay que hacerle más caso a la cabeza que al corazón, en cualquier tipo de relación hay que dar para recibir, porque cuando damos lo hacemos esperando un gracias como mínimo.

Y al final lo más sano es alejarse porque una persona dañina tarde o temprano terminará por contaminarnos y sobre todo lastimarnos.


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