Envidia de la Mala porque es la Única que Hay




En general todos tenemos una parte oscura y la envidia pertenece a esa  parte del ser humano, y está en cada uno aprender a darle control o contenerla.

La palabra envidia, la entendemos perfecto no necesitamos descripción o concepto, ya que aparte de entenderla la hemos sentido.

Entendemos su magnitud por lo cual no es fácil de aceptarla y es mas hasta la disfrazamos, de ahí la fase –me da envidia de la buena. La envidia es una y nunca va a ser buena.

En la religión católica es considerada como el mayor de los pecados capitales porque es generadora de otros pecados .

¿Por qué sentimos envidia?

La sociedad se ha desarrollado de tal manera que nos ha envuelto en una constante competencia, de ahí el auge de las marcas, el materialismo cada vez nos consume más, y a través del uso de estas queremos tener un status dentro de la comunidad, porque entre más cara sentimos más poder.

Nos han vendido la idea del éxito con dinero; aquella persona exitosa es la que tiene coche de lujo, una gran casa, viajes, usa ropa muy cara, etc. Dejando en un segundo plano, la estabilidad emocional, de pareja o de familia, porque hay demasiadas cosas que el dinero no puede comprar.

¿Por qué nos ocupamos de la vida de los demás?

Simplemente es más fácil ver para afuera que para adentro. Sabemos que trabajar en nuestras vidas es difícil y doloroso. Y por ende criticar, enojarnos y decir-¿Por qué el si tiene y yo no?  Y no nos damos cuenta de lo que sí tenemos y  de  disfrutarlo mejor ni hablamos, como vamos a disfrutar si no valoramos no agradecemos lo que tenemos.

Cuando tenemos logros que nos hacen sentir plenos y felices, es cuando podemos darnos cuenta que llegamos ahí trabajando, que lo que logramos por esfuerzo y merito propio. Entonces perdemos el interés por los sucesos de otras personas y por consecuencia empezamos a disfrutar nuestra vida. 

Siempre vamos a tener oportunidades y herramientas para retomar nuestro camino y solo nosotros decidimos hasta donde queremos llegar. Si nos distraemos y gastamos energías en la vida de los demás podemos tardar más tiempo o nunca lograr nuestros propósitos.

Hay una gran diferencia entre  decir y sentir. Todos tenemos cosas para disfrutar, y no es solo  la sensación de sentirnos bien o mal, sino que nuestro propio cuerpo expresa de tal manera que es perceptible para los que nos rodean.

Aceptar nuestra parte oscura es aceptar que hay envidia en nosotros, como parte de la condición humana en algún momento hemos sido presa de ella. Es mas yo desconfiaría del que diga que nunca la ha sentido. 

Pudiera existir la posibilidad que la envidia fuese un motor que impulse y nos haga reaccionar, pero en algún momento la debemos de abandonar para seguir con nuestras metas solo ellas nos pueden dar satisfacción.





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