Los Teens


Los Teens

Hoy escribo como mamá de adolescente y lo que me viene a la mente es “a poco yo era así” pobres de los que tuve a mi alrededor.

Entre la pubertad y la adolescencia, que Dios no agarre confesados.

Creo que a los papás nos cuesta trabajo entender la adolescencia, a pesar de que ya pasamos por ahí, porque empezamos a perder el control de nuestros hijos pues ellos empiezan a adquirir su independencia y autonomía y deciden donde estar y hasta con quien hablar. Cuantas veces me lo han hecho; -con permiso, buen provecho. Y se levanta, quedarse a una sobre mesa con los papas, abuelitos, etc. Ay no que flojera, me imagino que es lo que piensa y si uno pregunta mágica respuesta – tengo mucha tarea. Igual y ni es cierto.

Ellos al igual que uno tienen sus problemas y en su cabecita loca, es lo más importante, bueno como a todos pensamos. Y se les puede acabar el mundo porque el amigo les dejo de hablar, la miraron feo o no tienen permiso para la fiesta.

Bien en un sube y baja de emociones ocasionadas por la tiranía de las hormonas, y solo queda esperar a que estas se normalicen, bueno si en algún momento sucede. Y así nos encontramos conviviendo con su intensidad porque todo es a la máxima potencia, una pasión desmedida y no sé cuantas veces me lo ha dicho –hoy es el mejor día de mi vida o el peor día de mi vida.


Y por consecuencia no miden ni controlan sus impulsos, y por situaciones que nos pueden parecer insignificantes, obvio para ellos no; se pueden ir a los golpes con una facilidad, pues son impacientes y con cero tolerancia a la frustración. Y si como adultos perdemos los estribos, ellos con más razón. Claro no es justificable para nadie.

No tienen temor de la ira divina:

Por consiguiente son groseros, caras largas por no decir jetones, solo quieren escuchar cosas que les endulcen los oídos, van perdiendo el miedo y se atreven a enfrentar y a cuestionar a la autoridad ya sea en la casa o en la escuela, siempre al borde de los límites esperando poder saltarlos. Sintiendo que ya no son unos niños y que tienen la capacidad suficiente para tomar sus propias decisiones y por supuesto, son las mejores porque en ellos no caben los errores.

A esta edad también se sufre:

Tanto su mente como su cuerpo están en una constante evolución, el proceso de adaptación no es fácil, aprender a identificar sus emociones y controlarlas, aunado a la presión social que siempre se da, la lucha por la pertenencia y no perderse en el intento.
Como padres vamos creciendo y aprendiendo con ellos, y estamos en el entendido que todas las edades tienen su encanto; hoy tengo una cómplice, una compañera de cine, compartimos gustos, música, películas, series, etc.


Y no soy su mejor amiga, soy su mamá con una bonita relación de confianza y respeto.
Eso no quiere decir, que no eche gritos y sombrerazos porque con los hijos nunca hay que bajar la guardia, ya que se nos pueden subir a la cabeza.

La primera relación que tienen es con los miembros de su familia por eso es esencial enseñarles el respeto, paciencia y tolerancia, ya que será un aprendizaje que les servirá para aplicarlo a lo largo de sus vidas.

Con la adolescencia no solo adolecen ellos, si no adolece toda la familia.



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