Amigas!!!
¡¡Amigas!!
La amistad entre mujeres a
mi parecer es algo complejo, será porque siempre esperamos recibir algo a
cambio, y en muchas ocasiones lo que recibimos no es lo que esperábamos.
En la actualidad existen
muchas mujeres de 40 en adelante divorciadas o solteras con hijos en una edad
en la que se les dedica menos tiempo, por lo cual pueden tener una vida social más activa (no
excluyo a las casadas, pero ellas tienen además una vida social en pareja, lo
cual les reduce ese tiempo). Y con la ayuda de las redes sociales, nos
encontramos teniendo reencuentros con amigas de la primaria, secundaria, etc. Y
retomando antiguas amistades, al mismo tiempo conviviendo con las más
recientes.
Pero ya no somos las mismas
ahora todas tenemos una historia de vida más larga con alegrías, logros,
frustraciones, tristezas, etc. Como diría mi amiga Lau “todas somos todo y a
todas nos ha sucedido todo. Y con todo esto tratamos de convivir dentro de una
comunidad cada día más carente de valores, y claro en el camino vamos teniendo
algunos tropiezos. Y si a esto le aumentamos que las mujeres vivimos bajo la
tiranía de las hormonas, pues no resulta nada fácil pero no imposible.
Es triste decirlo pero en el
camino de la amistad vamos depurando “amigas” que en realidad no les interesa
tener una relación sana con nosotras, pero la experiencia que nos da la vida,
nos hace darnos cuenta que no se puede contar con todos para todo.
Y haciendo un examen de
conciencia que tanto hemos dado nosotras, porque somos muy buenas para exigir y
la amistad es de ida y vuelta. Como amigas podemos ser las mejores doctoras
corazón pero al mismo tiempo somos jueces implacables, pensando que nosotras no
caeríamos en ciertas situaciones, y cuantas veces nos mordemos la lengua porque
acabamos haciendo cosas similares.
La amistad es una liga que
podemos estirar y estirar, pero si se rompe el ligazo también nos duele; la paciencia y la
tolerancia son primordiales porque en ese sube y baja de emociones en el que
vivimos las mujeres, gracias a las benditas hormonas, en ocasiones exageramos o
simplemente vemos que no son, y nuestras reacciones pueden lastimar o terminar
con una buena amistad.
Y cuando logramos encontrar
esas personas con las cuales tenemos esa química perfecta y con ellas podemos reír
a carcajadas, llorar o simplemente estar juntas sin la necesidad de hablar,
realmente es increíble, ¡gracias a Dios las tengo!. Tal vez como las verdaderas
amistades no se dan en maceta, nos cuesta tanto trabajo compartirlas y también
cuenta esa mujer celosa que todas llevamos dentro y que no siempre lo queremos
aceptar.
A las amigas como en
cualquier relación se deben de trabajar y cuidar a diario con la constante del
elemento principal que es la lealtad, porque a medida que se demuestra la
confianza se va fortaleciendo.
“Las amigas son la familia que uno escoge”
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